Desde que tengo uso de móvil llevo el número 900123505 grabado como “Info DGT”, y en estos trece años quizá lo haya utilizado unas dos o tres veces para obtener información sobre el estado de las carreteras. Ahora, la DGT dejará de prestar ese servicio de forma gratuita y la información del tráfico y la petición de auxilio en carretera se realizará a través del 011, un número de pago en el que las llamadas tendrán un precio “similar al de las llamadas nacionales a fijo o a móvil” según cuentan en el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio sin que quede muy claro qué significa eso exactamente. Pere Navarro ha explicado que eso de tener números de atención gratuita pertenece al pasado, que en toda Europa se trabaja con servicios a cargo del cliente y que mantener la línea gratuita le estaba costando un millón de euros (al año, entiendo), así que quien quiera “una información fidedigna, fiable, una información que esté bien”, en palabras del máximo responsable público de la gestión del Tráfico de nuestro país, la va a tener que pagar. No es por ser malvado, pero se me ocurre que, leído a la inversa, resultaría que, hasta ahora, la información (y el servicio en general) que proporcionaba Tráfico a través de su número de atención gratuita distaba mucho de ser “fidedigna”, “fiable” y de “estar bien”. De hecho, y ahora que lo pienso, ese es el motivo por el que en tantos años sólo marqué dos o tres veces el 900123505, ese número que escribo de carrerilla aunque ahora nos dicen que es complicado de recordar frente al 011, que no hay color, que dónde va a parar y que con el 011 todo son ventajas para el usuario. Pues, miren ustedes, señores de Industria y señores de la DGT: discrepo. Un servicio como el que presta la DGT, si es que lo presta, es un servicio que pagamos entre todos los españoles vía impuestos. Y si el presupuesto no les da para todo, aprendan ustedes a administrar el dinero que les damos, pero de ninguna manera me vengan con la milonga de que trabajan mal porque no les pagamos lo suficiente, que eso me suena de las películas de gangsters, cuando sale ese confidente que da la información a medias hasta que le muestran el segundo billete de veinte dólares: - Oh, sí, ya recuerdo. Es que para salir de Busdongo eran necesarias las cadenas. En definitiva, para tener un mal servicio, de pago y regentado por una serie de altos cargos que juegan a la doble financiación, la pública y la privada… para eso, me quedo con un acceso privado a la información del estado de las carreteras, algo que tengo en un momento conectándome a internet, y con el servicio de asistencia en carretera de quienquiera que sea mi aseguradora, que me cobrará cada año, sí, pero: - no se hará pasar por un servicio público que se está arruinando por atender a las llamadas de ayuda que hacen los derrochadores contribuyentes, y
- si en un momento dado no me responde o considero que no hace las cosas de manera “fidedigna” o “fiable”, yo podré elegir a otra empresa que me sirva, cosa que con los cargos públicos no hay manera humana de conseguir que suceda aunque cambie el signo político del que gobierna.
Pero como todo esto es una batalla perdida y además puede sonar a pataleta, acabaré este texto como hacen los medios “serios”, es decir copiando la nota de prensa del Gobierno a pies juntillas y quedándome más ancho que largo aunque el Estado, poco a poco, sea cada vez menos de todos y más de unos pocos: Todos los operadores fijos y móviles deberán encaminar las llamadas al 011 en un plazo máximo de cuatro meses desde que la DGT y el Gobierno Vasco dispongan la puesta en marcha del servicio. La fácil memorización del número 011, unida a la aplicación de un precio similar al de las llamadas nacionales a fijo o a móvil, permitirá a sus prestadores proporcionar un servicio de mejor calidad que redundará en beneficio de los usuarios. Y a seguir sonriendo, que lo hacen por nuestro bien. El primero que suelte algo sobre la recaudación de los radares y el estado de las carreteras obtendrá una nominación al premio Captain Obvious 2010, aunque ya sabemos que las recaudaciones son para Hacienda y además van directas a solucionar problemas de seguridad vial. O eso dicen. |
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